Uno de los conceptos más valiosos que puedes aprender al jugar tenis (y ahora en pádel también) es que no tiene nada de malo jugar “canchero”. Me explico.
Si quisieras ser de los mejores jugadores en tu club o en tu liga, tan solo basta que te enfoques en cometer la menor cantidad de errores no forzados en tu juego. Estos errores son todos aquellos que no fueron provocados por un golpe de tu rival.
El científico Simon Ramo lo expresa de manera más clara: los tenistas profesionales ganan puntos, mientras que los tenistas amateurs los pierden.
Para nosotros que no aspiramos a ser tenistas profesionales, nuestro enfoque debe estar en jugar canchero: cometer la menor cantidad de errores posible.
Claro, está fregón tener un saque mortal, o poderse aventar un revés nivel Rafa Nadal, pero este tipo de tiros nos van a salir una vez de cada diez intentos.
Y esto no es para desmotivarte a que sigas intentando parecerte más a tu ídolo del tenis, o que quieras apantallar a tu raza en el sábado de pádel, sino más bien para convencerte que la mayoría de los resultados en nuestro trabajo se generan evitando errores “no forzados”.
Y en tu empresa, ¿cómo se ve un error no forzado?:
Enfocarte en buscar clientes nuevos sin pensar que a los actuales les podrías vender más
Por crecimiento, reclutar rápidamente nuevos empleados sin capacitarlos ni entrenarlos correctamente
Descuidar a tu proveedor principal por distraerte abriendo una segunda distribución con un proveedor nuevo
El común denominador en estos ejemplos es que los tres son evitables si jugamos canchero:
En vez de andar de creativo buscando clientes nuevos, juégale canchero y primero enfócate a venderle más a tus clientes actuales (es mil veces más fácil venderle más a un cliente actual que hacer la primer venta a un cliente nuevo).
En vez de reclutar a lo loco con el riesgo de que la experiencia al cliente se vea afectada, juégale canchero y primero establece un plan de capacitación y roles definidos antes de contratar gente nueva.
En vez de explorar nuevos productos que puedes vender, juégale canchero y primero enfócate a conseguir los mejores precios posibles de los productos que ya vendes constantemente.
Los primeros años de un negocio son de consolidación. Así como al aprender lo esencial de un deporte, no te vas directo a jugar contra los profesionales, tú también como empresario debes enfocarte primero a dominar lo esencial.
Abrazo,
David
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